Durante el viaje, las tensiones entre el capitán Bligh y su segundo al mando, Fletcher Christian, culminaron en un dramático motín el 28 de abril de 1789.
La tripulación se rebeló, tomando el control del barco y poniendo fin a la misión original. Este evento, conocido como el Motín del Bounty, ha pasado a la historia como uno de los eventos más famosos y dramáticos de la navegación marítima.
El barco y sus hombres fueron arrastrados a una espiral de traición y rebelión, marcando irrevocablemente el destino del Bounty.